El Cid y sus vasallos siguen su camino para pelear junto al mar contra todos aquellos que conquistaron la zona de la costa mediterránea. Después de tres años de luchas, el Cid consigue apoderarse de toda la zona de Valencia, que antes pertenecía al rey de Marruecos, con unas innumerables ganancias. El Cid le pide al rey Alfonso VI que deje ir a sus  hijas con él. Este acepta y le pide que case a sus hijas con los infantes de Carrión, quienes pretendían aprovecharse de toda la fortuna del Cid. A pesar de saber esto, el protagonista de nuestra historia aceptó por obediencia al rey y las bodas se celebraron en Valencia y hubo toda clase de banquetes y lujos durante 15 días seguidos. El Cid corrió con todos los gastos de la boda y como muestra de aceptación en su familia, regaló a sus yernos sus dos espadas.